miércoles, 16 de julio de 2008

Ausencias

Pasado mañana se cumplen 14 años del atentado a la sede de la Amia. Y no es la intención de este post hablar de ese 18 de julio de 1994, ni de la marcha de la causa judicial, ni de la violencia, ni de la justicia. Ya habrá gente que se encargue mejor de esos menesteres.
El verdadero disparador de estas líneas es el spot de tv que la agencia BasevichCrea realizó con motivo del aniversario. La idea es “85 historias que no pudieron seguir su historia”. La pieza gráfica, por su parte, dice algo así como “si ese día seguía, 85 vidas seguían”.
No es fácil la comunicación institucional en estas circunstancias. Primero, porque el motivo no es grato, claro está. Hay otros aniversarios mejores, hay días del médico y días del abogado para mandar saluditos. Segundo, y más importante, porque se corren severos riesgos de caer en la frase hecha, en el sentimentalismo berreta o en el discurso grandilocuente.
Y esto es lo más llamativo de las piezas de este año, sobre todo la de tv. En spots de años anteriores, en institucionales sobre otras tragedias, lo fácil, lo corriente, es el llamado a la acción colectiva: el recurso “todos somos Cabezas”. Involucrar al receptor asimilándolo a la víctima e instarlo a reclamar justicia o medidas gubernamentales “porque a vos también te puede pasar”.
En cambio, BasevichCrea apeló a la individualidad, a la cotidianeidad de esas 85 vidas, a la particularidad de cada una de las 85 historias que esa mañana de invierno quedaron truncas. Alguien que tenía un suéter por terminar, alguien que quería ver a los Stones, alguien que llamó para avisar que estaba llegando. Gente. Y el instante en el que un otro decide que alguien se convierta en nadie.
Y así, por esos misteriosos caminos de la providencia, me encontré recordando aquel párrafo inicial de El Aleph de Borges. Esa mañana en que Beatriz Viterbo muere y su amado comprende que el universo empieza a cambiar de manera incesante e inevitable.
Y ahí está, creo, el hallazgo de estas piezas: comunicar a partir de esa grieta fatal, de esas 85 ausencias que no les faltan ni a los intereses internacionales, ni al gobierno, ni siquiera a la comunidad judía toda. La sociedad podrá entenderlas, pero sufrirlas, las sufre el que ese día esperaba a alguien que nunca llegó.

4 comentarios:

Denis Fernández dijo...

Buenas,
muy buena mirada de nuestra historia reciente, la del video y la tuya. Mostrar lo particular sobre lo general permite no hablar para el grueso de la gente, ese cúmulo masístico que sólo atina a decir: "huy, pobres tipos, les hicieron explotar sus casas".
Tu mirada está muy bien apuntada a eas personas que estuvieron en el momento de la tragedia, que se quedaron esperando que ese llegara.
Saludos!

A dijo...

es terrible lo de las historias truncas y lo de las familias destruidas. Y más terrible aún es que todo sea producto de un atentado con conexiones con el poder.

la niña z dijo...

Caballero y dama, se agradecen los aportes. La verdad, tenía miedo que se malinterpretara, así que vuestro feedback es algo maravilloso.

Nos leemos ;)

Denis Fernández dijo...

ya está el nuevo decálogo de la politica argentina!
saludos