sábado, 27 de enero de 2007

Nada es lo que parece

Después de un ardiente debate, el equipo de Estimados Clientes llegó a la siguiente conclusión: no entendemos la psicología del personaje de Paul Giamatti en El Ilusionista (Neil Burger, 2006).
¿Por qué se alegra el Inspector Uhl cuando se entera de que fue engañado? ¿Por qué está orgulloso? ¿Por qué traiciona al heredero de la corona, cuando desde el principio sabía que su plan era derrocar al emperador? Inicialmente iba a ayudarlo, pero cuando descubre que, además de golpista, es un asesino, ¿sus valores se subvierten y lo traiciona?

Si todos piensan que ella está muerta, si a nadie le importa realmente quién es él… ¿por qué el mago no huye con la dama en vez de comprar el teatro y poner en cartel la nueva obra? ¿Sólo para vengarse y matar al príncipe?
¿Cómo hace para crear fantasmas si no tiene poderes sobrenaturales? Sinceramente, preferiríamos que los tuviese. Es más verosímil crear fantasmas con magia que sin.
¿Por qué el príncipe muere, y a pesar de que usted, señor espectador, sabe que es un suicidio, nadie en el palacio sospecha del Jefe de Policía, a su lado, en la misma habitación, al momento de morir?

¿El príncipe no podría haber acusado a Uhl de mentiroso y traidor ante su padre, en lugar de matarse?
¿Por qué, al final, el Inspector Uhl se ríe, solo, en el andén, mirando al cielo?
¿Qué es un “final controvertido”? ¿Un final de mierda?









Hola, ¿boletería? Ah, sí, quiero que me devuelvan la plata. Y mis expectativas, por favor. Gracias.



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